A Ricardo Duarte, rector de la UACJ
A la comunidad universitaria
A todas las personas y a las organizaciones sociales
El pasado jueves 21 de mayo desde
la tres de la tarde el compañero Antonio Muñoz Quintana, estudiante de la
licenciatura en Medicina de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, se
declaró en huelga de hambre, encadenado simbolicamente, para exigirle a su
máxima casa de estudios que asegure la integridad de los pasantes al realizar
su servicio social en diversas comunidades en el estado de Chihuahua. Además de
cumplir con un registro de las zonas donde han existido agresiones, dándole
garantía a lxs estudiantes de no ser enviados ahí. En su caso particular exige
que se le asigne a otra plaza fuera de la que se encuentra actualmente.
En solidaridad con Antonio,
Emmanuel Albarrán, estudiante de la maestria en Trabajo Social Conacyt-UACJ,
comenzó su huelga de hambre el lunes 25 por las mismas demandas. Ambos se
encuentran en campamento al exterior del edifcio de la rectoría, esperando
solución al pliego petitorio.
Sin duda alguna las condiciones
de vulnerabilidad de Antonio por cubrir una plaza de 15,000 personas las 24
horas, siendo que el fue enviado a una tipo "C" la cual es de 2,500,
lo convencieron de alzar su voz para hacer la denuncia de la actual situación
de sobreexplotación a los pasantes de medicina. Tal estado del sistema de salud
pública sólo lo entendemos desde el desmantelamiento programado por parte del
Estado para su privatización; descuidando las condiciones de trabajo se
priorizan los intereses económicos capitalistas y no la integridad de lxs
estudiantes.
La violencia de las instituciones
y del narcotráfico en el país tiene un mismo contexto. Desde el TLCAN el ataque
a sindicatos, empresas paraestatales, sistemas públicos, comunidades,
trabajadores, estudiantes, etc., se ha agudizado. El neoliberalismo como política
del estado mexicano, llevada actualmente por el régimen de EPN, utiliza la violencia
para asegurar la represión a la población. El monopolio del Estado para ejercer
la violencia es reforzada por la extensión de grupos armados y paramilitares,
bajo la cuartada de estar en guerra se transforma como un Estado necropolítico.
En México desde el 2006 se vive
la supuesta guerra desplegada por parte del gobierno federal en contra del
crimen organizado, la que ha repercutido en todo el país de manera negativa.
Haciendo éste uso de las diversas fuerzas policiacas militarizadas y del
ejército mexicano, ahí donde la estrategia de guerra ha sido aplicada han
aumentado los asesinatos y desapariciones de niñas, mujeres y hombres, como
ocurrió en diversas localidades del estado de Chihuahua. Actualmente como lo
señala el compañero Antonio, la mayoría de los gobiernos de los municipios
urbanizados o rurales como en la sierra de Chihuahua están coludidos con el
“narco”. Formándose redes de poder entre grupos dentro del aparato estatal y
empresarios narcotraficantes, quienes perdemos somos lxs trabajadores,
estudiantes, campesinos, etc., bajo una
guerra difusa en donde se oculta la jerarquia real de los grupos criminales que
implican a las cúpulas de poder.
Es por eso que es importante
visibilizar la situación y denunciar que la Universidad Autónoma de Ciudad
Juárez es aquiescente ante el contexto de violencia que vive el Estado de
Chihuahua. Desde hace tiempo su respuesta ha sido insuficiente y sólo bajo
presión de los mismos padres, madres, estudiantes y contados profesores se han
pronunciado, aunque sin profundizar en el origen de la violencia. Sólo en los
últimos años ocurrieron los casos, por mencionar algunos, de las jóvenes estudiantes desaparecidas y
asesinadas Liliana López Trejo y Mónica Janeth Alanís Esparza, el asesinato de
los compañeros Elmer García Archuleta, estudiante de la carrera de Psicología y
Jaime Alejandro Irigoyen Flores, alumno de la carrera de derecho, así como de
los maestros Manuel Arroyo y Gerardo González Guerrero. Ante esto la UACJ sólo
ha respondido con pronunciamientos que se limitan a exigir a las autoridades el
esclarecimiento de los hechos, documentando las múltiples violencias que
ocurren en la ciudad o proponiendo
políticas públicas que no mucho ayudan a resolver de raíz los problemas, pues
no incitan a la participación critica de la comunidad universitaria. Siendo el
sector pensante pareciera que la dirección de la universidad tiene compromisos
políticos por mantener el estado de cosas actual.
Exigimos la respuesta pública e
inmediata del pliego petitorio del Dr. Antonio Muñoz, que la universidad se
posicione claramente acerca de su disposición o no por cubrir el problema de
violencia de la sociedad a la cual se debe. Como universitarios podemos y
debemos construir espacios de reflexión y articulación que logren transformar
la actual situación de violencia estatal y nacional. ¿Qué tipo de universidad y
universitarixs queremos formar?
Llamamos a solidarizarse y
pronunciarse por los compañeros Antonio Muñoz Quintana y Emmanuel Albarrán que
hacen una valiente y justa denuncia por lxs estudiantes pasantes de medicina
que sostienen el sistema de salud en su mayoría en poblaciones donde no hay
seguridad, ni una verdadera justicia, además de estar en constante peligro bajo
la estrategia de guerra del Estado.
¡Paremos esta guerra!
¡Solución al pliego petitorio!
Liga Socialista Revolucionaria
La lucha social en territorios tan salvájemente peligrosos como Cd. Juárez, merece una especial atención y solidaridad, al menos hay que difundir sus esfuerzos para cobijarlos con un sector más amplio de la sociedad.
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