viernes, 12 de diciembre de 2014

Fin de la Guerra y Nueva Constituyente.


Por Julián Contreras Alvarez

Ante la disyuntiva "Asamblea Constituyente vs. Asambleas Populares"; considero que el problema no está en llamar o no llamar a la conformación de estas últimas (muchos trabajamos, en los distintos frentes, en este sentido).  El problema está en el hecho de que  sólo hay algunas regiones del país donde la correlación de fuerzas da  para un ejercicio de cierta relevancia del poder de estas asambleas populares, pero que NO alcanza este nivel de fuerzas, en la actual coyuntura, para generar una dualidad de poder que pueda tumba al actual régimen militarista y paramilitarista que nos "gobierna". 

Considero que el llamado a una nueva constituyente si puede aglutinar el descontento social de amplios sectores a nivel nacional, más allá de la clase trabajadora,  para lograr un cambio de régimen, un cambio que, de entrada, efectivamente no es de raíz  pero que representaría un gran avance para las luchas populares y donde, ciertamente, hay que superar un riesgo: evitar  empantanarnos en un cambio sin cambio, donde cayendo EPN, las reformas estructurales se mantienen. 

Para evitar este riesgo requerimos que el eje central para la instauración de la nueva constituyente sea una demanda de transición irresoluble para cualquier sector  de la burguesía imperial y de la oligarquía nacional que pretenda sumarse a la demanda de una nueva constituyente, una demanda que sectores populares, campesinos, obreros e incluso  amplios sectores de la pequeña burguesía y de la burguesía nacionalista podrían abrazar e impulsar con fuerza. Esa demanda es la exigencia del fin inmediato de la estrategia de guerra, regresando el ejército a sus cuarteles (Mesa 2 del pacto del 10 de junio de 2011 en Ciudad Juarez). 

Impulsar una nueva constituyente con la desmilitarización del país como demanda central para dar inicio a la misma, es tácticamente necesaria para aglutinar la fuerza para desplazar al actual régimen genocida y al mismo tiempo  abrir el camino a los revolucionarixs. Lo anterior no puede mas que llevarnos a  la necesidad de constituir  y fortalecer las asambleas populares y de trabajadores en general  para poder aterrizar y defender nuestro proyecto. Es decir, la demanda del fin inmediato de la estrategia de guerra nos  es tácticamente indispensable para ir a la construcción de una asamblea constituyente en lucha contra el actual régimen sin perdernos en un cambio sin cambio,  haciendo avanzar la conciencia de amplios sectores sobre la necesidad de una transformación profundamente radical que supere al capitalismo confrontándonos, en la instauración de la nueva constituyente, con aquellos sectores promilitaristas que pretendieran incorporarse al cambio de régimen (fuera EPN) sin modificar la estrategia de guerra que sostiene medularmente las reformas estructurales  del capitalismo salvaje que vivimos . Ahí nos diferenciamos y damos claridad  y alternativa revolucionaria al movimiento de los y las trabajadores.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario