lunes, 27 de julio de 2015

Militarización: Una historia de frontera para una Oaxaca sitiada.

Por Julíán Contreras Alvarez

Hermanos y hermanas de Oaxaca, En días pasados hemos visto como en cuestión de horas sus calles han sido tomas por asalto por más de 20 mil efectivos federales, militares y marinos. Un despliegue de fuerza que no vemos contra los criminales que el Estado mexicano dice combatir, aunque para esto haya desaparecido cualquier rastro de un Estado de Derecho, manteniéndonos en un Estado de Excepción Permanente con una lógica militarista que ha invadido cada rincón de nuestras vidas.

La sola idea de que hayan llegado con la intención de quedarse por algunos años, es la que me mueve a tratar de evidenciar lo que representa vivir bajo la brutal  militarización de nuestras calles y espacios y la necesidad de luchar para evitar que se normalicen las ejecuciones y los crímenes que llegan de la mano con el supuesto combate al crimen. En ese ánimo, va esta historia de vida.

La madrugada del 11 de noviembre de 2010, un grupo de aproximadamente 30 policías federales irrumpieron en el domicilio del entonces estudiante universitario Xavier Ordoñez Neyra, quien cursaba el tercer semestre de Mecatrónica, domicilio ubicado en calle Benito Álvarez #22 del poblado de San Isidro en el Valle de Juárez.

A esta familia, tras los hechos, no le quedaría otra que huir y refugiarse en las instalaciones de un canal de TV de Ciudad Juárez, hasta ahí acudimos miembros del entonces Frente Plural Ciudadano (en lucha contra la militarización de la ciudad). Después de conversar y plantear la importancia de dar a conocer lo que sucedía en el Valle de Juárez, esta familia denunciaría públicamente su historia de horror y terror. 

Alrededor de las 2:00 a.m. de la fecha en cuestión, irrumpió violentamente en su domicilio y sin orden de cateo un comando de Policías Federales. El estudiante universitario Xavier Ordoñez al abrir la puerta de su cuarto fue golpeado por un federal en el pecho con la culeta de su arma; en ese momento, el federal lo tomó de la camisa y lo arrojó al suelo para posteriormente patearlo. Los federales también romperían a patadas la puerta del cuarto de su hermano menor (14 años), ante esto, Xavier  intentaría pararse para defenderlo, pero los federales lo volvieron a someter a golpes.

El Padre de Xavier también fue sacado de su habitación a golpes junto con su primo político, Daniel Ángel Vázquez Montecinos. El que daba las órdenes al resto de los federales le preguntó al papá de Xavier si se llamaba Arnoldo. A lo que este respondió que sí. El mando dio la orden de encapucharlos y ponerles las manos en la nuca pasándolos al patio, semidesnudos y descalzos. En el caso de don Arnoldo con el rostro cubierto con su propia camisa. En otro de los cuartos un grupo de federales retuvieron a la madre de Xavier junto con una de sus hijas de 10 años y el hermano de 14 años.

A Xavier y a su padre los pusieron en medio del patio con las manos en la nuca y con la cabeza agachada. La razón era para que, según el mando de los federales, otra persona los pudiera identificar (Lo extraño fue que alrededor no se veía otra persona que no fueran federales,  nos platicaría la familia). El mando pregunto: ¿Es él? (echándole las luz en el rostro a Xavier) A lo que una voz entre los federales respondió –¡No!, volvió a preguntar lo mismo pero señalando a Don Arnoldo, de la misma forma. La misma voz respondió titubeando un siseo para terminar con un ¡No! En eso el mando de los federales dio la orden: ¡Bájenme al otro cabrón! Los federales sacaron a culetazos al primo de Xavier, Daniel Angel Vázquez Montecinos. Ya en el patio, al echarle la luz en el rostro, el mando volvió a preguntar lo mismo y la misma voz respondió con titubeo un nuevo siseo para terminar con un ¡No! a lo que el mando respondió categórico: ¡Sí!, ¡Sí es él!, y a lo que los federales respondieron llevándose a Daniel a unos 10 mts. de donde estaban, donde Xavier puedo ver que los federales empezaron a torturarlo con la llamas de un soplete sobre su espalda descubierta. Daniel empezó a gritar y a patalear. Mientras esto pasaba los federales cuestionaban a Xavier y a su padre de que si no decían donde estaban las armas, los siguientes serían ellos. A lo que Don Arnoldo respondió: ¡Aunque me hagan eso yo no puedo decirles lo que ustedes quieren oír!

A Daniel lo seguían torturando, hasta que gritó ¡Ya estuvo les voy a decir en dónde están las armas! y Daniel llevó a los federales a dar la vuelta a la casa, y al terminar la vuelta este les dijo: Ya ven no hay nada. El federal que lo llevaba le respondió: ¿Qué no dijiste que ahí estaban las armas?, ¡para que se te quite te va a tocar doble!

Otro federal, al ver a Daniel un poco retirado de los federales, les dijo a los otros ¡que no se les pele el Gordo (Daniel) porque si no lo cueteo! ¡Nada más no hagan ninguna tontería, porque si matan a uno, tendremos que matar a todos! Al final se lo llevaron hacia fuera de la propiedad y se oyeron vehículos arrancar.

Paso un rato, hasta que uno de los federales, que no era el anterior mando, dio la orden: ¡Métame esos dos! Ya en la cocina Xavier y su papá fueron sentados con la cabeza baja, Don Arnoldo seguía con el rostro tapado con su misma playera. Uno de los federales le dijo a Xavier: No te preocupes no te van a hacer nada. Ahí permanecieron mientras alcanzaban a escuchar que a su mamá la interrogaban de esta forma: ¿Quién es esta niña hermosa que está en la foto? A lo que la madre respondió que era su hermana (de 8 años en la imagen).

En ese momento la mamá pidió ir al baño a lo que el federal cuestionó que si el podía estar presente mientra ella estaba en el baño. A lo que la madre respondió que ella no le estaba faltando al respeto, como para que él se lo faltara a ella.

A Xavier y a su papá los llevaron a la sala donde permanecieron aproximadamente una media hora, los federales se comunicaban con claves, hasta que un federal le dijo al otro sin clave que ya habían llegado y que en otra casa habían encontrado armas.

Después de un rato entraron los federales con Daniel visiblemente golpeado e hinchado. El mando preguntó a los federales que se quedaron en la casa: ¿Dónde están los otros? A lo que los federales respondieron que en la sala. Este mando le dijo a Daniel: ¡Súbete! ( a una habitación en la planta de arriba).

Un grupo de cinco federales separaron a la mamá de Xavier de sus hermanos menores y la mandaron al cuarto donde estaba Daniel. Ya en el cuarto otro federal le dijo a la mamá de Xavier: La tengo que revisar para ver si no tiene armas. El federal la manoseo morbosamente mientras supuestamente la revisaba.

Ya con Daniel en el cuarto, este le dijo a la señora: No se haga, usted sabe donde están las armas. La mamá respondió: ¿de qué me está hablando Daniel? Uno de los federales dijo: ¡Ya ve señora, usted sabe cómo está el rollo, no me quiera ver la cara de pendejo! La mamá le respondió a Daniel: ¿por qué me hace esto Daniel? usted sabe que esto no es cierto, ¡yo no expondría a mi familia de esa forma! No tenga miedo de decir la verdad, no porque lo hayan torturado, sabe bien que si ellos quieren parar paran, si no, no!

Uno de los mandos dijo a los federales señalando a Daniel, Ya súbanlo!

En eso bajo uno de los federales de arriba y le dijo a otro de los que estaban en la sala cuidando a Xavier y a su papá: ¿Dónde están las esposas? ¡que se me hace que me voy a llevar a la señora! El otro federal le respondió: ¡No traigo! En eso el mando habló con la mamá de Xavier y le dijo que si ellos denunciaban esto que acababa de pasar en su casa, iba a regrezar por Xavier, su hijo, y por ella, y que del hoyo donde los iba a enterrar nadie los iba a sacar. En eso se retiraron los federales llevándose a Daniel Angel Vazquez Montecinos.  Esa misma mañana la casa de la pareja de Daniel sería incendiada.

Esta familia del Valle de Juárez, conocida en su pueblo por ser gente de bien, terminaría por huir a la vecina ciudad de El Paso, Tx., no sin antes atreverse a denunciar públicamente la barbarie con la que operarón las policías militarizadas del Estado Mexicano, durante el periodo más putrefacto de la militarización de nuestra ciudad, en el contexto de la mentirosa “guerra contra el narco” que mantiene a nuestro país bañado en sangre, con una cifra, que ha decir de algunos expertos, supera los 150 mil ejecutados de manera extrajudicial, pero que a decir de un viejo amigo del Valle: nomás esperémonos a  que se habrán todas las fosas que están a las afueras de nuestras ciudades y pueblos, para hacer bien las cuentas.

La población de los 2 municipios (Guadalupe D.B. y Praxedis G. Guerrero) que integran el Valle de Juárez, se reduciría a menos de un 50% al terminar la gestión del carnicero Felipe Calderón. Una cuarta parte de la población había sido ejecuada y la otra cuarta parte desplazada. Actualmente se construye un nuevo Puente Internacional que conectará al Valle de Juárez con Tornillo, Tx.,  Las tierras están siendo acaparadas por terratenientes. Hoy sabemos que hay grandes proyectos mineros e incluso de Fracking  en esta zona tan codiciada por su posición estratégica para los tráficos legales e ilegales, pero también por sus recursos naturales. Esta ha sido la historia de las tierras que se despojaron con el pretexto de la mentirosa guerra “contra el narco”, o su versión actualizada “contra el crimen” o en su versión internacional “contra el terrorismo”.

La aplicación de las llamadas reformas estructurales tiene su columna vertebral en la política perversa de militarización del país, bajo el pretexto de una mentirosa guerra (posteriormente denominada simplemente “combate”) . Esta militarización opera en diversas formas e intensidad de acuerdo a las condiciones de cada región, estado o ciudad y según los objetivos a alcanzar. Las luchas políticas se ven mermadas por el miedo paralizante de las metralletas apuntándonos en las calles, pero más aún por la amenaza constante desde hace 8 años de ser abatido en horas de oscuridad. Echar atrás las reformas estructurales  pasa por la necesidad de que el movimiento social en nuestro país, logre la unidad sin concesiones de ningun tipo en torno a las demandas contenidas en el punto 1 de la mesa 2 del Pacto Ciudadano suscrito el 10 de Junio del 2011 en Ciudad Juárez:

Exigimos el fin inmediato de la estrategia de guerra, la desmilitarización de la policía y el regreso del ejercito a los cuarteles y el retiro del fuero militar.

¡Oaxaca no es Cuartel, fuera ejército de él!

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